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Galgo Italiano

Temperamento

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El Galgo Italiano, a simple vista es un divo del mundo canino, es pequeño, frágil y muy sensible emocionalmente. Su única misión en la vida es querer a su dueño.

Nos va a seguir a todas partes, donde quiera que vayamos, allí estará, por eso debemos tener cuidado para no pisarlo, ya que sus huesos son muy frágiles, sobre todo en la época de cachorros. Si no queremos un perro que se suba al sofá, probablemente el Galgo Italiano no es nuestra raza, querrá dormir en nuestra cama, bajo las sábanas , en los cojines…

Requieren mucha atención y afecto, y si no lo consiguen, pueden deprimirse o mostrar una actitud agresiva. Algunos Galgos Italianos harán sus necesidades en casa para llamar la atención porque se sienten ignorados.

La adaptación de un Galgo Italiano al hogar es muy difícil, necesita una vigilancia muy cercana y hay que tener cuidado, ya que se convierten en obstáculos peligrosos con mucha facilidad.


Como no les gusta salir a la calle si está lloviendo, hace frío o hay viento, a menudo se niegan a “hacer sus cosas” fuera. La adaptación al hogar puede llevar meses, años en alguna ocasiones, y algunos nunca se adaptan totalmente, de hecho, muchos dueños de galgo italiano han tenido que recurrir a una caja de arena para solucionar este problema.

Son perros activos y necesitan ejercicio diario, sobre todo cuando son jóvenes. (actúan como cachorros hasta que tienen de 2 a 4 años). Les gusta dar largos paseos, también les gusta mucho estar al aire libre, aunque prefieren la comodidad del sofá para descansar, en invierno disfrutan del sol o la calidez de un calefactor, pero en general los extremos no son de su predilección.

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Si se les da la posibilidad de elegir entre caminar en el césped o por una acera, por lo general van a eligir el hormigón. No se les debe quitar la correa porque pueden detectar olores a 300 metros de distancia, y van a perseguir cualquier cosa que ellos consideren es una presa: ardillas, hurones, conejos, gatos, etc.

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Se asustan muy fácilmente y pueden pueden pegar un salto si algo les asusta. Pueden correr a una velocidad de más de 35 kilómetros por hora, por lo que si se quieren escapar, no vamos a poder alcanzarlos, y no distinguen un camino o el campo de una carretera con coches.

Aunque son inteligentes, no son muy obedientes. Debido a su estructura ósea fina y sensible personalidad, no son buenas mascotas para las familias con niños muy pequeños o con grandes perros.

Por lo general son reservados con los extraños. Pueden llegar a ser posesivos con sus dueños y no suelen ser buenos perros guardianes, mientras que algunos Galgos Italianos ladran para avisarnos de que un extraño se acerca, otros no lo hacen.

Se llevan bien con otros perros y gatos. De hecho, alguna vez nos parecerá que en vez de un perro tenemos un gato, por la forma de la que se tumba en el sofá o mira por la ventana.

Podríamos definir al Galgo Italiano como: dulce, juguetón, tranquilo, apacible, obstinado, manipulador, encantador, curioso, cómico, alegre y cariñoso. Ah, y también son cleptómanos, así que será mejor vigilar nuestras cosas.

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